Francia:

Triunfo laicista

La Asamblea Nacional francesa aprobó, por abrumadora mayoría, una ley que prohíbe portar símbolos religiosos en las escuelas públicas. La medida, que prohibirá la indumentaria y los símbolos religiosos conspicuos en las aulas, fue aprobada por 494 contra 36 en la cámara baja del parlamento francés. A principios de marzo será debatida en el Senado, donde se espera una escasa oposición. Se prevé su aplicación para el año escolar correspondiente al período 2004-2005, que comienza en septiembre. A pesar del laicismo planteado, la ley trae consigo aparejado -también- el debate sobre el derecho a ser diferente de las personas y el pleno ejercicio de las manifestaciones religiosas como parte de la igualdad ante la ley.

La ley estipula que “está prohibido en las escuelas primarias y secundarias portar vestimenta o artículos que exhiban de manera evidente la filiación religiosa de los estudiantes”. No se aplica para escuelas privadas ni para escuelas francesas en otros países.
Las sanciones por rehusarse a quitarse los símbolos religiosos van desde una simple advertencia, a la suspensión temporal del estudiante o incluso su expulsión de la escuela.
El proyecto de ley recibió más de los 288 votos necesarios para su aprobación en la asamblea de 577 escaños; esto refleja su amplia popularidad en Francia, demostrada además en reiteradas encuestas.
Los líderes franceses esperan que la ley acalle un debate sobre el uso de velos que ha dividido a Francia desde 1989, cuando dos niñas que llevaban la cabeza cubierta por un velo fueron expulsadas de una escuela en Creil, en las afueras de París.
Desde entonces, muchas más han sido expulsadas por esa razón.
El gobierno alega que la ley es necesaria a fin de proteger las tradiciones seculares y laicistas de Francia y para prevenir el sectarismo religioso.
La prohibición abarcará a las kipot (gorrito judío) y a los crucifijos de gran tamaño al igual que los velos que usan las mujeres musulmanas para cubrirse la cabeza.
“Esta ley es indispensable para nosotros”, dijo Martine David, un legislador socialista. Los maestros “necesitan un claro marco legal en el que puedan moverse”.
A pesar del laicismo planteado, la ley trae consigo aparejado -también- el debate sobre el derecho a ser diferente de las personas y el pleno ejercicio de las manifestaciones religiosas como parte de la igualdad ante la ley.