Acudieron a las urnas 62,7% de los votantes registrados. Los dirigentes de línea dura iraníes alardearon de que el presidente de Estados Unidos George W. Bush ayudó a que el pueblo se dirigiera en masa a las mesas electorales al criticar las elecciones considerándolas antidemocráticas. Muchos iraníes, furiosos por lo que consideraron una intromisión de Estados Unidos en sus asuntos internos, se aglomeraran frente a los centros de votación. La concurrencia fue tan grande que el plazo de votación debió ser ampliado en cuatro horas.
Ahmadinejad, que sorprendió a los analistas con su fuerte desempeño electoral, estaría contando con el respaldo de los sectores más duros de Irán, entre ellos la Guardia Revolucionaria.
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