Siria negó toda participación en el asesinato del reportero, cuya muerte ocurrió en medio de las elecciones parlamentarias que espera ganar la oposición para poner fin al control de Damasco sobre la legislatura libanesa.
Su muerte ocurrió al mismo tiempo que un equipo internacional investiga el asesinato ocurrido en febrero del ex primer ministro Rafik Hariri. Los líderes opuestos al régimen sirio ligaron inmediatamente ambos atentados.
El hijo de Hariri, Saad Hariri, dijo que las mismas personas fueron las responsables de ambos asesinatos «y sólo Dios sabe lo que se avecina».
«No nos amedrentaremos … Queremos nuestra libertad, queremos nuestra independencia, queremos nuestra soberanía y nadie nos lo va a impedir», dijo Hariri a los periodistas.
Kassir fue muerto dentro de su automóvil en el barrio cristiano de Ashrafieh en Beirut. La bomba incendió el vehículo y destrozó las ventanas de las casas de la cuadra.
El ministro del Interior, Hassan Sabei, estimó que la bomba pesaba medio kilo. Agregó que las informaciones iniciales indicaron que el explosivo fue colocado debajo del automóvil y detonado por control remoto.
Kassir, cristiano y de 45 años, era fundador del Movimiento Democrático de Izquierda, era de origen palestino y su pasaporte libanés fue confiscado en marzo del 2001 por las autoridades de su país como un método intimidatorio.
Notas Relacionadas
04/11/2004 Muestra itinerante sobre Herzl
30/06/2004 Las estadísticas del fracaso
12/01/2022 Filosofía y estética del arte: Georg Lukács