Luces difusas entre la tregua y la violencia

En un circuito de violencia que no aparece por dónde cortarse (Hamas exige el cese de los ataques de Israel para decretar un alto el fuego, mientras que Sharón afirma que los palestinos no lograrán nada si persiste la violencia terrorista), las negociaciones entre la Autoridad Palestina (AP), Hamas y mediadores egipcios para poner al “Mapa de Rutas” a salvo de la violencia no parecen dar resultados. Los enviados egipcios se retiraron de Gaza literalmente con las manos vacías. Mientras tanto, un terrorista suicida mató a una persona al activar la carga que llevaba consigo en el interior de una tienda de comestibles de Moshav Sdeh Trumot, cerca de Beit Shean, en el norte de Israel.

El “Mapa de Rutas” está en el mismo círculo vicioso que ha hecho fracasar tantas otras iniciativas. La AP intenta, con la ayuda de los egipcios, lograr una tregua que ofrecer a Israel; a su vez, negocia con Israel retiradas parciales de los territorios para tener algo que ofrecer a los grupos más radicales. E Israel insiste en que no hará ninguna concesión mientras prosiga la violencia y rechaza una tregua que ni siquiera se ha decretado ante el temor de que dé un balón de oxígeno a los grupos armados.
Según fuentes palestinas, Hamas y la Yihad Islámica exigieron a los mediadores egipcios garantías internacionales de que Israel detendrá las operaciones militares contra ellos antes de decretar el alto el fuego.
A pesar de este cuadro, muchos analistas son optimistas respecto a que la tregua está cercana y hay quien, como el ministro de Exteriores palestino, Nabil Shaat, la considera «inminente».

Sharón el moderado

Mientras, Sharón trata de seguir cultivando su nueva imagen de perfil moderado. El “nuevo” Sharón resiste los ataques por el “Mapa de Rutas” por izquierda -fue acusado de sabotear el plan con sus asesinatos nada selectivos- y por derecha -furiosa por el retiro de colonias en los territorios ocupados-.
Dentro de nueva e intensa ronda de negociaciones, Israel aceptó ayer -18 de junio- limitar la aplicación de su política de «ataques selectivos» de cabecillas y milicianos de la Intifada como consecuencia de un acuerdo alcanzado con Estados Unidos para salvar el «Mapa de Rutas», según informaron los diarios israelíes Haaretz y The Jerusalem Post, que citan a fuentes del gobierno y de los servicios de seguridad. A pesar de ello, también indican que dicha política seguirá en práctica para los suicidas ya en camino hacia sus objetivos.
El Jerusalem Post, afirma que Israel habría aceptado también las exigencias de Estados Unidos de no matar a milicianos de la Intifada de Al Aqsa en los territorios que sean transferidos a la AP, dentro de un posible acuerdo mediante el cual el ejército transferirá a las fuerzas de seguridad palestinas el control del norte de la franja de Gaza y posiblemente también de alguna de las ciudades de Cisjordania.
Este compromiso fue realizado por el hombre de confianza del primer ministro israelí, Ariel Sharón, y jefe de su gabinete, Dov Weissglas, quien se reunió con la consejera de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Condoleezza Rice, quien aconsejó a Israel que «se piense dos veces y sea más sensible» en su política de ataques selectivos cuando decida aplicarla con altos mandos o dirigentes políticos palestinos.

Compromiso israelí

Según el informe de Weissglas, éste acordó con Rice que si las organizaciones palestinas aceptan un alto el fuego, el ejército restringirá sus operaciones militares para permitir que Abu Mazen se haga con el control de la situación en los territorios palestinos. Ese periodo de gracia, según dijeron a Haaretz fuentes gubernamentales, durará únicamente seis semanas, tras lo cual el primer ministro palestino deberá desarmar a las milicias.
Dentro del supuesto acuerdo israelí-estadounidense, Israel se comprometería a no llevar a cabo acciones de represalia si llegase a ocurrir un atentado durante la tregua si se demuestra que los hombres de Abu Mazen realmente están haciendo esfuerzos para prevenir las acciones terroristas.

Entre la espada y la pared

Esta situación sitúa al primer ministro palestino «entre la espada y la pared» según los analistas políticos que, por un lado, procura neutralizar a sus mayores opositores, mientras que por el otro negocia la unión, atrayéndolos a la las esferas de poder como miembros de «Conducción nacional unificada», objetivo en el que ya fracasara -en el pasado- el presidente Arafat.
Por el contrario, si atendiese las exigencias de Israel y EEUU, de desarmar por la fuerza a Hamas y otras facciones de la resistencia incluidas las de los frente de la izquierda, Abu Mazen y el responsable por los organismos de seguridad de la AP, el coronel Mohamed Dahlán, desencadenarían una temida guerra civil fratricida.
Abu Mazen, por ahora, no obtuvo unas respuesta satisfactoria del Movimiento de Resistencia Islámica a su propuesta de que esa organización se sume a una tregua unilateral con Israel y a un liderazgo conjunto de los palestinos. Ismail Abu Haníe, dirigente de Hamas, dijo al concluir la reunión que que “el liderazgo de Hamas aún estudia las propuestas del primer ministro” Mazen.

Otro atentado en Israel

Mientras todo esto sucede en el plano político, un terrorista suicida palestino mató a una persona al activar la carga que llevaba consigo en el interior de una tienda de comestibles de Moshav Sdeh Trumot, cerca de Beit Shean, en el norte de Israel.
El terrorista murió en el atentado y la víctima, que se encontraba herida de gravedad, lo hizo en el momento en el que los servicios sanitarios la trasladaban al hospital Haemek de Afula.
Agentes de seguridad realizaron un rastrillaje de la zona en busca de posibles cómplices del terrorista.
Por su parte, el jefe de policía de la zona norte Ya’akov Borovsky indicó a la radio israelí que dos testigos vieron cómo el suicida entraba en la tienda.
Previo a este atentado, el día anterior se produjo el primer hecho sangriento -en el que muriera la niña israelí Noam Leibovitch y su abuelo sufriera heridas de consideración- desde que comenzaran las conversaciones entre las delegaciones egipcias y la Autoridad Palestina para lograr un alto el fuego de las facciones palestinas armadas. Dos grupos palestinos, las Brigadas de los Mártires de Al Aksa y el Comando Central del Frente Popular para la Liberación de Palestina, se responsabilizaron del ataque en el que murió la niña.
Producto de este atentado, Israel impuso el estado de sitio a la ciudad cisjordana de Kalkilia después de que muriese la niña de 7 años como consecuencia de un ataque palestino en dicha localidad.