Siria y El Líbano esconderían parte de las armas desaparecidas en Irak

Según informa el periódico español Libertad Digital, el programa de armas de destrucción masiva de Irak era, al menos en parte, un proyecto compartido con Siria quien, ahora, estaría pidiendo concesiones en el plan de paz para Oriente Medio a cambio de que las armas reaparezcan en algún lugar de Irak. Mientras, Bush pone todo su empeño para que el “Mapa de Rutas” no se convierta en un mapa inutil.

En medio de una creciente polémica sobre la veracidad de la información elaborada por los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Gran Bretaña, acerca de las armas de destrucción masiva de Irak, motivo esencial para iniciar la guerra que acabó con el régimen de Saddam Hussein, el presidente de Estados Unidos, George Bush Jr., ha declarado que está “absolutamente convencido” de la existencia de dichas armas. Sin embargo, hay muchos que dudan de la existencia de esos arsenales.
Pero no sólo los servicios de inteligencia aliados conocían de la existencia de dichas armas, sino que incluso los servicios de inteligencia rusos, que mantienen un canal de intercambio de información con sus homólogos de Israel, se lo confirmaron al gobierno de Tel Aviv antes de que se iniciara la guerra, según confirmó la semana pasada, en una rueda de prensa, el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Silvan Shalom.
Como siempre ocurre cuando un político cae en la indiscreción de filtrar un dato sensible, el SVR de Rusia se apresuró a desmentirlo a través de un comunicado fechado el 11 de junio en Moscú, según la agencia rusa Interfax, pero las palabras de Shalom, pronunciadas con cierta ingenuidad, parecen creíbles, a pesar de que Rusia tenga que preservar su posición contraria a la guerra en Irak.
Probablemente, la clave de la ausencia de hallazgos de armas de destrucción masiva en Irak tras la guerra se encuentra enterrada en dichos informes, ya que, según fuentes de un servicio de inteligencia occidental consultadas también por Libertad Digital, algunos analistas advertían -en dichos documentos- de que ciertos programas de desarrollo de armas en Irak contaban con la cooperación activa de Siria, sobre todo a partir de la muerte de Hafed el Assad, en junio del 2000, y la llegada a la presidencia de su hijo Bashar el Assad.

¿Dónde pueden estar las armas de Saddam?

En algunos informes de los servicios de inteligencia occidentales se destaca que el partido Baaz iraquí y su homólogo sirio mantenían una cordial relación, lo que se ha podido confirmar al término de la reciente campaña militar, cuando Libertad Digital publicó que Damasco había dado refugio a decenas de altos cargos huidos del depuesto régimen de Hussein y luego fue entregándoselos a las tropas estadounidenses con una dosificación que dependía del nivel de las amenazas de Estdos Unidos contra Siria.
Las relaciones entre Bagdad y Damasco, que no eran especialmente buenas, mejoraron a mediados de los años 90 y alcanzaron su cima cuando, en 1998, se firmó el convenio para reabrir el oleoducto entre Kirkuk (norte de Irak) y el puerto mediterráneo de Banias (oeste de Siria), extendiéndose posteriormente el flujo de crudo hasta la ciudad de Tripolis, en el centro de El Líbano.
John Fawcet, un investigador estadounidense que trabaja para un despacho de abogados de Nueva York, ha elaborado un informe, publicado en exclusiva hace un mes por Libertad Digital, en el que calcula que Irak ingresó unos 1.000 millones de dólares anuales por sus ventas de petróleo a Siria. Sin embargo, cuando las tropas aliadas lograron controlar el territorio iraquí, apenas hace dos meses, una de las primeras medidas que tomaron fue cortar el oleoducto, lo que causó un grave problema interno al régimen de Damasco y al gobierno prosirio de El Líbano.
Aunque otra fuente de un servicio de inteligencia de un país de Oriente Medio insinuó a Libertad Digital que parte de las armas biológicas y químicas desarrolladas por Irak incluso habrían cruzado Siria en contenedores para llegar a un lugar seguro en El Líbano, este dato no fue confirmado por ninguna otra fuente, pero vendría a destacar que, en efecto, Siria pudo esconder las armas iraquíes para utilizarlas como moneda de cambio con Estados Unidos en una negociación posterior relativa al proceso de paz en Oriente Medio.

Siria, miembro pleno en el “Eje del Mal”

Este hecho habría de observarse a la luz del cambio de actitud de Estados Unidos con respecto al régimen de Damasco, seriamente amenazado por Washington al terminar la guerra de Irak y ahora, sin embargo, mimado hasta el punto de que Siria se ha convertido en un país clave para dar cumplimiento al “Mapa de Rutas” del proceso de paz. Por méritos propios, Siria forma parte -junto a Irán y Corea del Norte- del “Eje del Mal” de George Bush dado que es sabido que el régimen de Damasco da cobijo a grupos terroristas como Hamas, la Yihad Islámica, Hezbola y otras organizaciones criminales anti-israelíes, como las brigadas Tanzim del partido Al Fatah, liderado por Yaser Arafat, o su nuevo brazo armado, las brigadas de los Mártires de Al-Aqsa.
Bashar el Assad, cuyo régimen se sustenta en el ejército y en el partido único, tiene además graves problemas internos. Acaba de dictar orden de prisión contra varios líderes opositores, ya que las próximas elecciones municipales, previstas para el próximo 20 de junio, parece que van a provocar un desastre en el partido Baaz, que será superado por agrupaciones locales, sobre todo en los suburbios de Damasco. Además, el veterano ministro de Exteriores, Faruk Shara, mantiene un severo enfrentamiento con la ministra Portavoz, Buthaina Shaban, a quien algunas fuentes colocan precisamente en el puesto de Shara de forma inminente.

¿Qué pide Siria para que aparezcan las armas?

Estados Unidos ha pedido a Bashar el Assad que ponga bajo control al General Tlas y a su hijo, ambos multimillonarios gracias a Saddam Hussein. Pero el presidente de Siria también ha empezado a notificar sus exigencias a Estados Unidos y, mientras la amenaza de un ataque militar no pese sobre su cabeza, cosa que de momento no va a ocurrir porque primero tienen que aparecer de alguna manera las armas de destrucción masiva que se evaporaron de Irak, Bashar el Assad cree tener la sartén por el mango.
Bashar el Assad pide la reapertura inmediata del oleoducto iraquí y, además, exige a Estados Unidos que reduzca su presión sobre Irán, cuyo presunto programa de armamento nuclear amenaza la estabilidad de la región.
En varias ocasiones, Bashar el Assad también ha dicho públicamente que, al mismo tiempo que se pone en marcha el “Mapa de Rutas” para israelíes y palestinos, él quiere también la suya propia para Siria y El Líbano.
El Assad exige que Israel le devuelva las Alturas del Golán, pero el gobierno israelí considera que se trata de una cuestión de Estado que afecta la integridad y su seguridad nacional, por lo que parece bastante complicado que se cumpla la exigencia de Siria a pesar de que Ariel Sharón, afirmara a su pueblo que tendrán que hacer “concesiones dolorosas” si quieren tener un futuro en paz.
A pesar de todo, en el Medio Oriente, nunca parece estar dicha la última palabra.