Köhler recorrió la historia alemana desde 1945 y destacó el cambio experimentado: «Alemania es hoy un país diferente del que era hace 60 años… Probablemente, por primera vez en su historia, está completamente rodeado de amigos y socios. Entre nosotros la idea de la guerra se ha vuelto imposible».
El discurso de Köhler fue seguido a través de dos enormes pantallas por miles de alemanes que se habían congregado frente a la Puerta de Brandemburgo con motivo de lo que llamaron Día de la Democracia.
Mientras Köhler pronunciaba su discurso en el Parlamento, dos jóvenes nazis saltaron al escenario que estaba junto a las pantallas pero estas personas fueron abucheadas por los manifestantes.
«Desgraciadamente quedan aún entre nosotros seres obstinados que quieren volver al racismo y al extremismo de derechas. Pero no tienen ninguna posibilidad. Para ello está la mayoría de los ciudadanos y ciudadanos en edad de votar y para ello está también nuestra fuerte democracia» sentenció Köhler.
El mismo día, unas 6.000 personas lograron que la marcha de la extrema derecha, que pretendía recorrer el centro de Berlín, se quedase encerrada en su punto de partida y fuese, finalmente, suspendida por la policía por la imposibilidad de seguir la ruta y por el peligro de choques con los manifestantes antifascistas.
Alrededor de 3.300 simpatizantes de la extrema derecha se habían reunido para protestar por el «culto a la culpabilidad» del 8 de mayo bajo el lema Basta ya de mentiras sobre la liberación.
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