Los nazis tenían programado desfilar por la puerta de Brandeburgo, a escasos metros del monumento a las víctimas del Holocausto.
Las modificaciones a la ley también contaron con el apoyo de los partidos opositores cristianodemócrata y socialcristiano. Los diputados del Partido Liberal votaron en contra argumentando que los cambios no son útiles para combatir a los ultras y que, en cambio, restringen derechos fundamentales.
La próxima semana las enmiendas deben ser ratificadas en el Bundesrat, la Cámara de los Estados Federados para que puedan entrar en vigencia.
A partir de ese momento, cada uno de los estados federados decidirá en qué lugares históricos prohibirá los actos nazis. Las modificaciones a la ley prevén una pena de hasta tres años de prisión para todo aquel que, «solo o reunido, altere el orden público y atente contra la dignidad de las víctimas relativizando, haciendo apología o justificando la violencia y la arbitrariedad» nazis.
Paul Spiegel, Presidente de la comunidad judía en Alemania, expresó su satisfacción por las nuevas medidas, que «endurecen la legislación para combatir la propaganda y la actividad de los nazis».
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