Bassi manifestó a medios de prensa que los pimientos y tomates cultivados en esos invernaderos podrían ayudar en la alimentación de 1.300.000 palestinos residentes en Gaza.
Otros productos de la zona, como flores y frutillas, podrían ser exportados a la Unión Europea y a otras regiones del planeta.
«Israel negocia con Estados Unidos y con otros países la cesión de toda la infraestructura de los invernaderos a los palestinos a través de una terceros», dijo Bassi.
Israel, originalmente, pensó en destruir la infraestructura de los asentamientos tras su retirada, pero el cambió de idea al mejorar las relaciones con el nuevo líder palestino Abú Mazen.
Según estudios de las Naciones Unidas, el desempleo en la Franja de Gaza supera el 22%.
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