La deuda, que entró en cesación de pagos a fines de diciembre de 2001, asciende a 81.700 millones de dólares.
La negociación de canje no tendrá modificaciones ni en el plazo de cierre, ni en la propuesta. Así se encargó de refrendarlo el Presidnete argentino Néstor Kirchner y varios hombres de su gabinete.
Para disipar cualquier duda al respecto alentadas por una campaña de grupos de acreedores que confiaban en prórrogas y cambios, el Congreso aprobó una ley que declara inmodificable tanto el plazo del 25 de febrero, como las reducciones propuestas.
En el ámbito del gobierno existe optimismo en cuanto al resultado del canje, que de ser exitoso, permitirá a la Argentina salir del «default».
El ministro de Economía Roberto Lavagna, manifestó que el resultado final de la operación se resolverá -seguramente- en los dos o tres días previos al 25 de febrero, cuando decidan su actitud los llamados «acreedores institucionales» (grandes bancos y fondos de inversión). Pero se anticipa que podría haber entrado al canje, para esa fecha, algo más del 80% de la deuda pública actual.
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