Rafsanjani, luego de reunirse con el Primer Ministro sirio Mohammad Naji al-Otari, denunció que Estados Unidos e Israel estaban tratando de desequilibrar a los países la región los que -a su entender- deben «mantenerse totalmente alertas ante las conjuras israelíes y estadounidenses».
Israel -afirmó- «es la fuente de la inestabilidad» en el Medio Oriente, y que Siria continuará apoyando a los guerrilleros palestinos y los libaneses.
Estados Unidos elevó sus críticas contra Siria e Irán y exigió que Damasco retire los soldados que tiene emplazados en El Líbano, y acusó a Irán de regentar un programa nuclear encubierto con fines bélicos.
Por otra parte, el presidente George W. Bush considera al régimen iraní como integrante del «eje del mal» junto con Corea del Norte e Irak durante la dictadura de Saddam Hussein. El mes pasado, la secretaria de Estado Condoleezza Rice supo calificar a Irán como «enclave de la tiranía».
El ministro sirio de Relaciones Exteriores Faruk al-Shará afirmó a la cadena de televisión CNN que Siria tiene entre 15.000 y 16.000 soldados en El Líbano.
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