“La otra sociedad posible debe ser más igualitaria”

El sociólogo y economista belga Francois Houtart, integrante del Consejo Internacional del Foro Social Mundial, afirmó que “‘la otra sociedad posible’ debe ser más igualitaria, más democrática, con servicios públicos no mercantilizados y accesibles a todos, en particular la salud y la educación, con una agricultura campesina renovada, sin bases militares al exterior, con un sistema de Naciones Unidas más democrático, con el agua declarada patrimonio universal”, durante una comunicación que sostuvo luego de finalizar la V Edición del Foro, desarrollado en Porto Alegre, Brasil.

Por Beatriz Chisleanschi (Del Observatorio de Medios de la Argentina-Utpba-ANC)

¿Qué balance realiza del Quinto Foro Social Mundial?

El Foro de 2005 ha sido exitoso. No solamente ha probado que el movimiento no se desmantela, como se había anunciado en muchos medios particularmente europeos, sino que la nueva organización (la total autonomía de los movimientos y organizaciones de realizar el programa de los grupos de trabajo y talleres) comprobó ser eficaz y no provocó un descenso en el grado de atención a los problemas fundamentales. La reagrupación geográfica de las actividades, a pesar de distancias grandes, ha sido muy útil para la dinámica del evento. Los jóvenes participaron más en las actividades generales. Finalmente hubo varias propuestas concretas de alternativas y de campañas, aunque todavía en orden bastante disperso, pero se creó una nueva dinámica.

El Foro nace por oposición al sistema capitalista, al modelo neoliberal y al imperialismo ¿qué pasos debería dar para comenzar a pronunciarse a favor de?

El Foro como tal no debe pronunciarse en favor de un modelo particular, sino expresar las condiciones a las cuales un modelo concreto tiene que corresponder. En los 5 años que pasaron después de la primera reunión del Otro Davos en 1999, hubo un progreso en la conciencia colectiva. Varios sostienen que el nuevo modelo debe ser llamado socialista, pero no son las palabras lo más importante. Lo principal es el contenido, y por eso ya se precisan grandes líneas, como trató de expresarlo el Manifiesto de Porto Alegre. Es más y más claro que «la otra sociedad posible» debe ser más igualitaria, más democrática, con servicios públicos no mercantilizados y accesibles a todos, en particular la salud y la educación, con una agricultura campesina renovada, sin bases militares al exterior, con un sistema de Naciones Unidas mas democrático, con el agua declarada patrimonio universal, etc. Si queremos llamar a eso socialismo, no solamente no estoy en contra, sino a favor.

¿Qué análisis realiza usted de la particularidad que va tomando este espacio donde convergen en forma paralela dos fenómenos: un mayor número de asistencia y participación y un mayor nivel de divergencia acerca de la dirección que debe tomar el Foro?

Es normal que con la multiplicidad de movimientos y organizaciones presentes, se multipliquen también los puntos de vista. Eso es muy rico, pero puede ser también un problema. La primera condición para que sea fructífero es encontrarse enmarcado en la afirmación clara de la carta fundadora del Foro la cual subraya que en este espacio se encuentran los que luchan contra el neoliberalismo, la hegemonía mundial del capitalismo y la búsqueda de alternativas. Los Foros son procesos y eso toma tiempo. Como son puntos de encuentro y no lugares de decisión o de proclamación, es importante que diversas opiniones puedan expresarse y que podamos construir un polo común frente al otro polo representado por Davos. Si algunos puntos pueden reunir a una gran parte de los que participan pueden ser propuestos dentro de los Foros. Fue el caso de la manifestación del 15 de febrero 2003 contra la guerra de Irak. Se puede esperar que otras iniciativas sean tomadas en el futuro y la dinámica va en este sentido. Es importante para no terminar solamente en un «Woodstock» social. Sin embargo los Foros no pueden transformarse en la Quinta Internacional.

El Manifiesto elaborado por un grupo de intelectuales se pronuncia, entre otros, contra la mercantilización de la información y de la comunicación ¿qué opinión le merece el movimiento de prensa alternativa?

La comunicación alternativa es esencial en el proceso actual de globalización de las resistencias. Debe acompañar los esfuerzos de algunos periodistas dentro de los «corporate medias». Sabemos que en la correlación de fuerza actual los medios alternativos serán siempre minoritarios, pero su desaparición resultaría dramática para el proceso de cambio.