Poesías

Ricardo Feierstein

Atrás y adelante: fuga
De ‘Las edades’, por Ricardo Feierstein.

Hacia adelante: fuga.
Y para atrás: fuga.
No se puede vivir tranquilo.

La infancia es cubilete estremecido
selección de memoria y ojos tristes
que endulzan, unifican, van a menos
pero, en verdad
una parte fue escrita para no olvidar
(y justamente por eso está borrada)
la otra parte se difuminó en la niebla
son manchas, placer, esfumaturas
que corren como locas al origen
buscan útero y no melancolía.

Qué pena, ya casi inasibles
esos días tan lejanos
inaccesiblemente dulces.

El giro de los ojos no me alcanza
porque el reloj enloquece de apurado
me arrastra al frente y voy sin queja
no deseo anclar en el pasado.

Me levanto y ya estoy horizontal.
Recién me afeito y otra vez
la cara enjabonada en el espejo.
Me duermo y estoy casi levantado.
El frufrú del tiempo es un bostezo
parece ayer y de pronto es la mañana.

Hoy es invierno, anoche fue verano
cuando quiero acordarme se hace tarde
pierdo la fe, la espera, aquella madrugada.
Los días andan así, encabritados
corren sin sentido, no pueden detenerse
me empujan, me superan
quiero ese reloj perdido, que era el mío.

Descuartizado, como Tupac Amaru
por las tensas cuerdas de mi tiempo
que fugan hacia lugares opuestos
y desgarran el plan y los afectos,
la nostalgia se vuelve sopa fría
es atrás y adelante y entretanto.

En este cruce suceden los presentes
cada instante se llena de primicias
gozamos fruto, sol, tierra caliente
un enjambre de piolines y latidos
cantos que alaban un corazón abierto
roca firme, raíz, extremidades
que se mueven como hule entre el paisaje.

Y atrás esa inocencia fuga y fuga
y adelante es zanahoria inalcanzable.

Esta etapa de la vida, que corre
a tropezones, a veces como zombies
y renacer y renacer y renacer
en cada instante de brillos compartidos.

Esta maravilla, pese a todo
de estar vivo.

Edad

De ‘Las edades’, por Ricardo Feierstein.

En el hueco de los ojos llevo encabalgadas las
nostalgias.
Por su dureza es posible calcular las coordenadas
de mi tiempo.
Las cosas más importantes del mundo se dieron cita
en el barrio:
Un manisero ató su lomo con la locomotora
de juguete
Un vendedor de barquillos desparramó la magia
de la vida
Mis primeras figuritas las gané contra la pared
al puchero
Un afilador de cuchillos rodó las mañanas con
su trípode
Un titiritero manejó los delgados hilos de
la lluvia
Una pelota frotó su espalda contra los vidrios
de la sala.

Ninguno de ellos vive ya.

Criterio de realidad

De ‘Las edades’, por Ricardo Feierstein.

Convoqué a la hora del almuerzo
los circuitos mágicos de brumas
piratas. abordajes, sables curvos.
– El amigo de Sandokan se llamaba Yánez- recordé
burilando con leve nostalgia
un puente de color sobre la mesa.
Pero él se resistió a cruzarlo.
– El amigo de Sandokan se llama Yáñez- corrigió
sin emoción, casi perdonando
con la cuchara de sopa en la mano
el mechón de ocho años sobre la frente.

Qué torpe soy, a veces me da miedo.

Estado civil

De ‘Las edades’, por Ricardo Feierstein.

Como civil mi estado es más o menos éste:
tengo la apariencia de un casquete polar
que el rojo sol de tu vientre derrite con el tiempo.
Inundamos días, espigas, recovecos
con la escasez de gestos de un vendedor de cigarrillos
golpeándonos como locos con los ojos.
Cuando no te tengo me dedico a atornillar rocas
a bordarle costurones al silencio
a desovillar letanías como un pájaro ciego.
(Creo que exagero, Susana. No todo es así
tan definitivo, tan esencial, tan con tonos plenos).

También están las fronteras cotidianas
los altos y bajos de gestos, palabras, tropezones
sinusoide, rama, tobogán gigante
el agua, los pliegues, la sonrisa, el yo no quiero,
los labios que emboscamos como un juego
los buenos días, el erizo imantado de la piel
esa sensación de pudor, de no sé qué
como la de mendigos que debutan en su oficio.

Tal vez el secreto sea
comprender nuestra geografía no sólo como centro
apreciar bordes, orillas, espacios intermedios.

Ricardo Feierstein nació en Buenos Aires, es arquitecto y actualmente ejerce la dirección de la Editorial Milá de la AMIA. Lleva publicadas diversas antologías y algo más de 20 libros. Entre ellos: Sinfonía inocente, mestizo, La logia del umbral,
Atrás y adelante: fuga
La vida noe s sueño, Homicidios tímidos, judaísmo 2000, Contraexilio y mestizaje, Historia de los judíos argentinos, etc.