Previo a su último traslado a Ramallah, en medio de las lágrimas de su hija de nueve años, dignatarios y monarcas le presentaron sus respetos al fallecido dirigente palestino en un funeral iniciado con oraciones y finalizado con un desfile militar.
Una banda militar hizo resonar el himno nacional palestino, luego de lo cual el cadáver fue depositado en un avión de la fuerza aérea egipcia, que lo llevó a el-Arish, donde dos helicópteros jordanos esperaban para llevar el cuerpo -y la delegación que lo acompaña- a Ramallah, en Cisjordania, donde fue sepultado en su cuartel de la Mukata.
El presidente egipcio Hosni Mubarak, Faruk Kaddumi, el nuevo líder de la organización Fatah de Arafat, y Abú Mazén, nuevo jefe de la comisión ejecutiva de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), se contaron entre los alrededor de 60 dignatarios mundiales que siguieron a pie el carruaje tirado por caballos donde fue llevado el cadáver de Arafat en una procesión que estuvo cerrada al público.
Al frente de ellos, junto con Mubarak y los palestinos, estaba el príncipe heredero saudí Abdulá, uno de los varios dirigentes árabes que tuvo enfrentamientos con Arafat. Ningún israelí, ya fuera del gobierno o los grupos pacifistas que tuvieron tratos con él, estuvieron presentes.
El gobierno estadounidense, que calificó a Arafat como un obstáculo para la paz, fue representado por el subsecretario de Estado William Burns.
Luego de una tradicional oración fúnebre, de apenas un par de minutos, ocho hombres con ropas oscuras sacaron el féretro de la mezquita y lo entregaron a una guardia de honor egipcia quienes lo colocaron en un carruaje plateado y se alejaron de la mezquita.
En Ramallah
En el momento en que el aparato aterrizó en Cisjordania, miles de personas se acercaron para intentar tocar el ataúd. El féretro, envuelto con la bandera palestina, fue extraído del helicóptero y trasladado en medio de una marea humana.
El automóvil todo terreno que trasladaba el féretro se debió abrir paso entre la multitud, hasta el extremo de que las fuerzas de seguridad palestinas se vieron obligadas a disparar al aire para controlar la situación.
Arafat fue enterrado mientras varios clérigos musulmanes oraban junto a su tumba.
Los clérigos leyeron versículos del Corán, luego que el ataúd del líder palestino fue colocado en una tumba de mármol y piedra.
Primera explosión
Un automóvil cargado de explosivos estalló a escasos kilómetros de La Mukata, en Ramallah, en momentos en que el helicóptero que transportaba el cadáver de Arafat estaba aterrizando en Cisjordania, así informó la televisión israelí.
Dos palestinos fueron heridos de gravedad en la explosión registrada cerca de la universidad Bir Zeit de Ramala, dijo la emisora de televisión.
La explosión ocurrió mientras decenas de miles de palestinos se congregaban en torno al complejo residencial donde tenía sus oficinas Arafat, para asistir a los funerales del líder, que murió el jueves en un hospital de París.
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