Julio Nudler escribió un artículo que alerta sobre la trayectoria de Claudio Moroni, designado al frente de la Sindicatura General de la Nación. Sostiene que designando a alguien que inutilizará el organismo de control, el gobierno se suicida y que el periodismo que simpatiza con el gobierno no debe suicidarse junto a él. La nota, que debía salir en Página/12 el 23 de octubre, no apareció. Pese al tiempo transcurrido para chequear los datos, que era lo pedido por el director del diario, tampoco salió hasta hoy (5 de noviembre de 2004).
Los trabajadores de Pagina/12 emitieron un comunicado respaldando al periodista y también la UTPBA y el foro de periodistas FOPEA ha manifestado su preocupación por esta situación.
Todo indica que este no es el único caso ni el más grave, más aún, en otros medios probablemente a los periodistas ni se les ocurre plantear una nota así.
Más allá de los debates entre periodistas sobre las facultades de los editores, el rol social de esta profesión nos obliga a recordar el compromiso de honestidad intelectual e investigación de los hechos, y lo que nadie ha dicho hasta ahora es que lo que Nudler escribió no es verdad.
Hoy parece necesario desempolvar la aguda definición de Horacio Verbitsky “periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda”.
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