Rabino Baruj Plavnik y el resultado del juicio:

“La defensa de las víctimas estuvo en manos de ineptos o criminales”

“Los sospechosos seguramente no son inocentes; pero los que decían defender a las víctimas y a la comunidad son ineptos o criminales. Durante 10 años nos engañaron y nos estafaron con vidrios de color con la complicidad de judíos que con el disfraz de "dirigentes" de la AMIA, DAIA y la Embajada de Israel nos vendieron: ¡SON TRAIDORES!” Así, con mezcla de dolor, estupor la gimnasia de la memoria, el rabino Baruj Plavnik, de la Comunidad Pardés hizo conocer los feligreses su punto de vista sobre el vergonzoso final del juicio por la conexión local de la Causa AMIA. Plavnik expresa lo que muchos piensan y otros ocultan, y vuelve a poner sobre el tapete el crucial tema de la vergonzosa y lamentable representatividad comunitaria que llevan adelante los dirigentes encaramados en los espacios de poder.

La proximidad de Shabat no puede atenuar el dolor y la indignación.
¡Quisiera estar equivocado! Con enorme alegría reconocería que es mi temperamento impulsivo, mi ingenuidad, mi ignorancia de la realidad… ¡Pero no puedo pensar en otra cosa!
¡Los terroristas lo han logrado por tercera vez!
Durante 10 años -al igual que muchos de ustedes- he vivido en una burbuja.
Sabía que no se estaba haciendo todo bien, pero creía que a pesar de «las fallas» algo de justicia se haría.
Ayer comprendí qué justicia se hizo, aunque no me guste en qué dirección.
El veredicto del Tribunal es ajustado a Derecho. Si los sospechosos son culpables es obligación del Ministerio Público y los querellantes demostrarlo.
Los jueces tiene que aplicar la ley -eso lo dice la Torá- y la doctrina jurídica.
Los sospechosos seguramente no son inocentes; pero los que decían defender a las víctimas y a la comunidad son ineptos o criminales.
Durante 10 años nos engañaron y nos estafaron con vidrios de color con la complicidad de judíos que con el disfraz de «dirigentes» de la AMIA, DAIA y la Embajada de Israel nos vendieron: ¡SON TRAIDORES! (Moser Israel).
Al mismo tiempo que remataban las instituciones judías, las escuelas, el Seminario Rabínico, el hospital y el hogar de ancianos, aprovecharon el estupor general para comerciar con la moral judía.
¡Este es el punto más bajo que tocamos los judíos de la Argentina!
Durante la dictadura militar algunos judíos, ideológicamente identificados con la ideas políticas y económicas de la derecha, apoyaron a los militares. Varios de ellos eran activos en la dirigencia comunitaria, especialmente en la DAIA. Toleraron que se secuestraran y desaparecieran jóvenes judíos, se amparaban en la (para mi inaceptable) excusa de «Izquierdistas».
Nunca me imaginé -entonces- que vería complicidad de dirigentes «vendiendo» judíos, por mezquinos intereses personales.
¡Estamos en peligro! Porque además de antisemitas que aprendieron de los errores de Hitler y Arafat, tenemos una dirigencia obtusa, vanidosa y estúpida (inclusive criminal). La comunidad judía tiene muchos dirigentes que nunca fueron elegidos democráticamente; por eso carecemos de liderazgo, excepto el de Dios.
Tratemos que sea Shabat Shalom.

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