La decisión de Sharón supone un desafío a su partido, el Likud, en el que sufriera una derrota contundente cuando el 58% de los miembros del comité central votaron en contra de su propuesta de incorporar al Laborismo de Shimon Peres a su Gobierno.
«Sharón intentará construir un Gobierno de coalición estable», afirmó un portavoz del Primer Ministro.
La oposición interna de su partido está convencida que pactar con los laboristas llevaría a la creación de un Estado palestino en Cisjordania y Gaza con capital en Jerusalem Oriental.
Sharón tiene iniciadas negociaciones con el laborismo y con partidos del sector religioso ortodoxo para ampliar la coalición de Gobierno, debilitada y en minoría, tras la salida de los partidos ultra nacionalistas -en el mes de junio- en protesta por la aprobación de su plan unilateral para evacuar la Franja de Gaza y cuatro asentamientos del norte de Cisjordania.
Shimon Peres, producto de la interna del Likud, está promoviendo que se celebren elecciones anticipadas, a las previstas para noviembre de 2006.
«No podemos aceptar que el destino del Estado esté en manos de varios cientos de personas opuestas a la voluntad de la mayoría del país, que es favorable a una retirada de la franja de Gaza» declaró Peres.
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