Se confirma así, el último paso de la desintegración de la antigua Yugoslavia, de la que sólo permanecían formalmente unidas las repúblicas de Serbia y Montenegro.
El presidente de la comisión, el diplomático eslovaco Frantisek Lipka, anunció los resultados oficiales que abren el proceso para la creación de un nuevo Estado.
El Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Javier Solana, dijo al conocer el resultado que la Unión «respetará el resultado del referéndum» y señaló como «signo de madurez» el desarrollo de la consulta.
Lipka añadió que los unionistas, es decir, los partidarios de permanecer en la unión estatal con Serbia, obtuvieron un 44,6% de los votos.
El estrecho margen de la victoria hace probables algunas tensiones en determinadas áreas de Montenegro donde la etnia serbia, un 32% del total, constituye la mayoría.
El primer ministro de Montenegro, Milo Djukanovic, celebró la victoria sin esperar los resultados oficiales. «¡Hemos conseguido nuestro Estado!», dijo, y dedicó una ironía a sus vecinos: «Felicitamos a Serbia por su independencia».
Serbia y Montenegro están unidos bajo distintas fórmulas desde 1918. El actual Estado nació en 1992 con el nombre de República Federal de Yugoslavia.
El 4 de febrero de 2003 Yugoslavia aprobó una reforma de su Carta Constitucional para dar cabida a los reclamos montenegrinos, de modo que luego de tres años las repúblicas de Serbia y Montenegro tendrían derecho a optar por la independencia.
Montenegro se acogió a esta opción con la celebración del referéndum que planteó la pregunta: «¿Desea que la República de Montenegro sea un Estado independiente con plena legitimidad conforme al Derecho Internacional?»
Serbia será la heredera del Estado común, mientras que Montenegro deberá pedir el ingreso en Naciones Unidas y cualquier otro organismo multilateral.
Montenegro tiene sólo 670.000 habitantes, 15 veces menos que Serbia, un desfasaje destacado por los independentistas como principal escollo para una coexistencia exitosa.