El desalojo de Amona forma parte de las obligaciones asumidas por el Gobierno israelí dentro del llamado ‘Mapa de Rutas’, y debe extenderse a otras construidas, también ilegalmente, desde el año 2001.
Hasta ese enclave, y liderados por diputados como Effi Eitam, se dirigió una multitud de colonos para desafiar la orden gubernamental de desalojo.
La resistencia de los colonos es una continuación del desafío a la evacuación de las colonias de Gaza. El Gobierno israelí observa atentamente cómo los colonos desafían el poder del Estado con formas cada vez más violenta.
«Nos han tratado peor que a los árabes» afirman los desplazados colonos.
Radicales
Mientras Israel debe lidiar con sus radicales, los palestinos tienen los suyos en el poder. En El Cairo, Egipto, el Presidente de la Autoridad Palestina (AP), Abú Mazen, y la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, se entrevistaron por separado con el Presidente egipcio, Hosni Mubarak. Al finalizar las reuniones, llevadas a cabo el 1 de febrero, el canciller egipcio, Ahmed Abú Gheit, afirmó que «no puede haber negociación de paz bajo fuego. La violencia debe acabar».
En la misma línea, creando una confusión o tal vez adelantando lo que está por venir, el jefe de los servicios secretos egipcios, Omar Suleimán, declaró que si Hamas no reconoce a Israel, no renuncia a la violencia y no acepta los acuerdos diplomáticos firmados por la AP e Israel, Abú Mazen no les pedirá que formen Gobierno.
Mientras tanto, el Gobierno israelí de Ehud Olmert ya cumplimentó su amenaza no transfirió a la AP unos 50 millones de dólares recaudados -durante el mes de enero- en impuestos aduaneros y otros vinculados a los trabajadores palestinos.
Notas Relacionadas
06/11/2003 “El Testigo ‘C’ se burló de los argentinos”
27/06/2005 La vida devaluada
19/07/2006 Israel no cederá y Bush pidió colaboración a Irán y Siria