Los discursos comenzaron con las palabras de Carlos Susevich, padre de Graciela, una víctima del atentado.
”13 años en la tradición judía significan el paso de la niñez a la madurez. 13 años son los que han pasado desde el día del criminal atentado y la responsabilidad es loq ue los familaires de las víctimas pedimos a quienes tiene el deber y la obligación de brindarnos la verdad, de investigar de una buena vez quiénes fueron los autores, juzgarlos y aplicarles el castigo que se merecen”.
“No aceptaremos jamás que los partidarios d ela uerte nos digan que todo esfuerzo es en vano e inútil… Tenemos la sensación de ser los parias olvidados de este país, y nos preguntamos: ¿por qué no hay interés en escuchar nuestros reclamos? ¿Será que existen intereses político diplomáticos para que nunca se aclare lo ocurrido?
Este ataque -cotinuó Susevich- fue el primer genocidio calificado como crimen de lesa humanidad en nuestro país, pero parece que la sociedad lo ha olvidado.”
“13 años después, no podemos olvidar el largo camino de humillaciones que pasamos, los intentos de cerrar la causa, la fantasiosa y tendenciosa versión de la implosión o la fábula que inculpaba a la derecha israelí, no fueron otra cosa que una ofensa al sentido común y una afrenta a la dignidad de nuestros muertos”.
“¿Por qué me salvé?”
Esta pregunta se la hizo frente al micrófono Lea Kovensky, empleada de la Embajada y sobreviviente del atentado. “Bajo los escombros perdimos a mucho más que compañeros de trabajo. Pero creo que la muerte no existe porque multiplicó y expandió como soles la humanidad de mis compañeros.”
“Cuando matamos, en el mundo nada se modifica, fuimos creados para que la comunicación, en la vida, garantice la expresión de las diferencias.”
“No tenemos compromisos que nos obliguen a seguir defraudando”
El canciller Rafael Bielsa, en nombre del Gobierno argentino, destacó que “ese 17 de marzo nunca nos imaginamos que el mundo iba a estallar dejándonos el alma con el sinsentido y entre girones. Ese gris nos dejó de tal modo que ya nunca íbamos a ser los mismos.”
“Quiera Dios que en nuestras horas de mayor oscuridad podamos recordar que la justicia es algo a perseguir. El Gobierno del Presidente Kirchner no tiene ningún compromiso que lo obligue a seguir defraudando. El Estado no se desentenderá y estamos seguros de que la impunidad, tarde o temprano, será vencida”.
“Verdad y perplejidad”
“El 17 de marzo -aseveró el Embajador israelí Rafael Eldad- es un día de perplejidad y verdad para nosotros… Yo fui testigo de la vida que hubo en esta casa de Arroyo 910, y sólo podría definir aquel acto como de barbarie”.
“Los muertos de la Embajada son una realidad del pasado y de hoy mientras no haya juicio y condena a los culpables. Este atentado es un caso único de fanatismo y de odio, es un acto insensato con el que ninguna sociedad civilizada puede comprometerse porque el terrorismo no tiene cultura ni religión; y también por elloes que no tenemos derecho al olvido”.
“El terrorismo, finalizó Eldad, no es un choque de civilizaciones sino una epidemia que azota al mundo. No hagamos que esta tragedia carezca de sentido… nunca abandonaremos el reclamo de justicia.”
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