¿Qué es lo que no esperaba de Clarín?
Para mí ‘Clarín’ siempre ha sido un diario camaleón. Siempre fue un gran negocio, no tiene una gran tradición periodística. Tiene grandes periodistas pero no dispone de una gran tradición como, posiblemente, es el caso de ‘La Nación’.
‘Clarín’ siempre ha sido un diario que ha pensado más en sus negocios que en otra cosa. En mi tiempo se leía más por los clasificados, pero sus editoriales nunca dijeron nada. Los de ‘La Nación’ tampoco, pero tenían más estilo.
¿Qué mecanismo identifica como los utilizados para silenciar o manejar a la prensa?
Hemos hecho un informe preliminar después de hablar con los periodistas. Obviamente hay favores para algunos periodistas, hay periodistas que están prohibidos, no pueden ni entrar a la Casa de Gobierno, hay diarios que están recibiendo publicidad selectivamente, pero lo que más me preocupa son los llamados. Aparentemente son llamados que demuestran cierto grado de irritación, pero que suenan más bien a amenazas a los periodistas.
¿Amenazas realizadas por funcionarios de alto nivel?
Esa es la impresión que tengo después de haber hablado con los periodistas.
Pero entonces no es una impresión.
No, al principio pregunté por qué los periodistas no denuncian los llamados de un ministro. Esto es la autocensura de los medios y el temor de los profesionales a perder el trabajo. Hay una fuerte presión económica sobre ellos.
¿Con qué momento compararía el actual?
Todos fueron diferentes. Con el régimen militar los periodistas corrieron grandes peligros.
También hay que recordar que en el gobierno Perón no existió libertad de prensa.
Paradójicamente, cuando llegaban periodistas del extranjero los recibía y les decía: “ustedes no pueden decir que acá no hay libertad de prensa”, y les mostraba el Herald.
Usted tuvo problemas muy serios en la época de los militares.
Sí, sí. Muchos, creí iban a matarme.
En un primer momento tuve la impresión de que los militares eran honorables. No se olvide que yo llegué al país en momentos en que los desfiles militares eran muy lindos, a caballo, grandes uniformes. Incluso también la gente -en ese entonces- pensaba que los militares eran necesarios para sacar gobiernos civiles corruptos y reordenar al país… Sí, fui muy ingenuo al principio pero fui despejando esta actitud rápidamente cuando me di cuenta que eran capaces eliminar y hacer desaparecer gente.
¿Qué cree que sucederá con el informe, cómo le parece que influirá en el seno del Gobierno argentino?
No sé, aún nos falta reunir más información. Por lo pronto nos están atacando a nosotros y -primeramente- han atacado a Claudio Escribano que no ha ido a la SIP en, por lo menos, diez años.
Además, los miembros de la SIP son los medios y no las personas. Y por ‘La Nación’, incluso, el representante es Bartolomé Mitre, Escribano no tiene nada que ver con la SIP.
Pero la crítica es contra él.
Las críticas del Presidente en contra de Escribano y de un periodista uruguayo que tuvo un puesto del gobierno de Bordaberry que es verdad, es así, pero están tratando de desprestigiar a la SIP con información que falsa o tergiversada.
Por mi experiencia, si no hay periodismo libre, las cosas más atroces pueden suceder en un país. Y en la SIP estamos trabajando siempre sobre eso, tenemos una iniciativa contra la impunidad, porque durante muchos años la manera de silenciar a los periodistas fue matarlos, y es así todavía en algunos países. Sin ir más lejos, acá tuvieron el caso Cabezas. Entonces tenemos que estar muy alertas… yo tengo mucha simpatía por Kirchner. Es una persona que parece franca, pero si no habla con los periodistas nadie va a entender qué es lo que realmente quiere hacer. Kirchner, seguramente, es un demócrata, pero con estas medidas que están tomando parece que la Argentina quiere… no quiero usar la palabra dictadura pero…. estaba pensando sobre los dichos de Jefferson cuando dijo que si él tuviera que elegir entre un Gobierno sin diarios y diarios sin Gobierno, prefería diarios sin Gobierno.
Y lo dijo Jefferson, uno de los forjadores de la democracia, una persona fascinante en todo sentido. El sabía de la importancia del periodismo, es verdad que ya en el gobierno su opinión cambió, pero conocía la importancia de la información. Si uno vive en un país donde no hay información, donde hay un gran silencio, las peores cosas pueden suceder.
¿Cuál es el virus extraño que hay en las casas de gobierno de todo el mundo que produce semejantes cambios en las personas? Aún en algunos periodistas que cuando los llevan a dar una vuelta en el avión presidencial se contagian?
Es fácil: es el efecto del poder. Uno siente el poder y a veces se contagia creyendo que mira desde arriba.