El heredero del enigma

Una red de indicios anudan históricamente los nombres de Fernand de Jamblinne de Meux y Claude Roessli, alrededor de las filiales helvéticas de los bancos luxemburgueses Degroof e Internacional. A la par con ellos dos, y también en condiciones de firmar comprometiendo a ambos establecimientos, se repiten los nombres de Leonard o Len Martel y Bernard Blank. Como si quisiera escapar a los reflectores de los organismos de vigilancia financiera, Claude Roessli, un suizo nacido en el Cantón del Valais, no tiene residencia en Ginebra, en la cual empero ejerce su profesión de banquero. Mantiene un domicilio en el Canton vecino de Vaud, con capital en Lausana, pero vive en un apartamento de Ginebra con habitaciones en uno de los seis pisos del 5, Quai de l’Ille, el fatídico punto que ha hecho famoso el “testigo C”. Al margen del Banco Degroof, tres compañías remiten a esa dirección, y una cuarta al 18 de la Avenida Louis Casaï de Ginebra, coincidente con los escritorios de la Bearbull donde se ha percibido recortada la silueta del extinto Fernand de Jamblinne de Meux, todas ellas piloteadas presentemente por Claude Roessli; a saber, Finance Technology, Finigest, Sofina y Guineu.