En ese sentido, consideró que la orden de destrucción «vino desde arriba, desde lo más alto del poder político que esos cassettes debían desaparecer».
Al hablar por radio Mitre, el ex funcionario judicial (…) dijo que «hace ya siete años que había información en la causa perfectamente de quién había retirado los cassettes, porque nunca estuvo en tela de juicio quién los retiró». Precisó que fueron retirados «por el comisario (Jorge) Palacios», quien fue dado de baja recientemente por el Presidente Néstor Kirchner como titular de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal. Cabe recordar que Jorge “el Fino” Palacios es la persona defendida por la DAIA cuando el Presidente le diera de sus funciones.
Lifschitz dijo que en el caso de la SIDE, fue el sector «contrainteligencia», a cargo del director general de Operaciones, Horacio ‘Jaime’ Stiusso, quien «ordenó el reciclado de esos cassettes», por lo que «la cuestión de quién los retiró deja de tener significado, porque aquí no se trata de quién los retiró para averiguar quién los perdió».
«El tema de los recibos dejó de tener significación desde el momento que, tanto un organismo (la SIDE) como el otro (Policía Federal), salieron a admitir que habían ordenado esa destrucción», explicó Lifschitz.
Según indicó, la SIDE argumentó de manera «infantil» que había ordenado el reciclado de las escuchas «porque no tenía presupuesto para comprar 65 cassettes».
También dijo que las transcripciones o desgrabaciones de esas escuchas realizadas por ambos organismos «no coinciden» entre sí, por lo que advirtió que «nada es confiable» en esta materia.
«No nos olvidemos que en la SIDE, el sector Contrainteligencia, actualmente sigue teniendo el mismo poder que tenía antes, o más, porque no fue tocado en absoluto por ninguna administración de gobierno, y están sospechados de haber encubierto el atentado», aseveró.
Según Lifschitz, ese organismo había grabado «80 mil horas de escuchas» que nunca fueron remitidas a la Justicia. El funcionario aclaró que tanto el Presidente Kirchner como su esposa, Cristina Fernández, tienen «buena voluntad» en esta investigación. «Lo que pasa -explicó- es que la SIDE tiene un poder autónomo y se maneja independientemente del poder político».
Según Lifschitz, «han atrapado al Presidente otra vez en una interna de la SIDE con Policía Federal, con una trampa de inteligencia».
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