Fundamentos
El 18 de julio de 1994, a las 9:53, en la calle Pasteur al 600 de esta Ciudad, se produjo el más cruento atentado terrorista que sufrió nuestro país: la voladura del edificio de la AMIA. Esta explosión se llevó la vida de 85 personas, dejó cientos de heridos y cuantiosos daños materiales.
A diez años del atentado, la investigación judicial no ha encontrado a los culpables. La instrucción de la causa, a cargo del Juez Dr. Galeano y los fiscales Mullen y Barbaccia, fue sumamente defectuosa. Es por esto que hoy, la Cámara Federal y el Tribunal Oral los han apartado de la investigación y todos ellos tienen pedidos de juicio político pendientes por su actuación. Hoy, luego del apartamiento de esos funcionarios, de la designación de un nuevo juez y nuevos fiscales a cargo de la causa y de la muy sería tarea desplegada por el Tribunal Oral Nº 3, se retoman las expectativas por el esclarecimiento de los hechos.
Ha sido fundamental el aporte a la tarea del Tribunal Oral que se derivó de la desclasificación de los antecedentes obrantes en la SIDE y del relevamiento de la obligación de secreto de sus agentes, ordenado por el Presidente de la Nación Dr. Néstor Kirchner, que está profundamente comprometido con la verdad y la justicia. Casi 2000 carpetas son analizadas actualmente por los familiares de las víctimas, las organizaciones judías y el Secretario de la Unidad Especial de Investigaciones de la causa AMIA, y esperamos que de ese análisis surjan pistas o evidencias no exploradas hasta ahora, que permitan esclarecer el hecho.
Lamentablemente, lo que hoy tenemos en concreto después de 10 años es una investigación judicial que aún tiene un largo camino por delante, 85 personas muertas y numerosos familiares muy dolidos. Este atentado terrorista es una herida abierta para todos los argentinos. El Congreso de la Nación debe homenajear a las víctimas estableciendo para siempre que el 18 de julio se las recordará. De esta manera lograremos que la memoria de lo sucedido esté continuamente presente en nuestra identidad como pueblo y que la historia no olvide la brutalidad y el sin sentido de este