El trato prodigado por el Secretario de Cultura de la AMIA, doctor Mario Schvindlerman, hacia mí y hacia el personal a mi cargo fue desconsiderado y prepotente, tal como fuera consignado en una carta que personalmente envié al Presidente de AMIA, licenciado Abraham Kaul.
Más allá de controversias y consideraciones que obedecen más a mezquinos intereses personales que a una auténtica preocupación por nuestra cultura, quiero expresar mi pesar por la falta de cuidado prodigada a una de las áreas más relevantes y trascendentes de nuestra comunidad.
El éxito de nuestro stand en la Feria del Libro demuestra que nuestra cultura está viva y necesita alimentarse de ideas innovadoras, pluralistas y genuinas. No es lo que ocurre. Y esto es una verdadera pena.
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