La carta expresa que «Si soy tomado prisionero o si mi cuerpo está en manos hostiles, no me busquen y no paguen ningún precio. Yo y mis co-firmantes no lo deseamos».
La idea se originó en el reservista Ofer Schmerling, 39 años, y varios de sus amigos, todos soldados combatientes, dicen el artículo aparecido en el diario israelí ‘Maariv’.
«Mis amigos y yo hemos hablando y decidido que no queremos que Israel pague un duro precio en nuestro beneficio» explicó Schmerling.
«No queremos ser una moneda de cambio en manos de Hezbollah u otra organización enemiga. Quiero cumplir con mi responsabilidad de combate con la certeza de que en mi beneficio no serán liberados terroristas convictos. Si esto nos sucediera a cualquiera de nosotros, queremos informar que este es nuestro ultimo deseo».
«No estoy preparado para tolerar que el Estado de Israel pague un elevado precio por mi liberación o a cambio de mis restos» agregó Schmerling.
Schmerling afirma que su posición está siendo asumida por otros soldados regulares y de la reserva.